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Envases y sostenibilidad: por qué el papel no es un villano de los bosques

Datos de la industria desmienten la asociación incorrecta entre el papel y la deforestación

Durante mucho tiempo, el cartón ha sido injustamente asociado con la deforestación. Pero ¿resiste esta percepción frente a los hechos? En un momento en que la sostenibilidad y la economía circular ganan protagonismo, comprender el verdadero papel del cartón en los envases y en la logística moderna es esencial, especialmente en América Latina, donde el sector del papel y los embalajes mueve miles de millones y adopta prácticas cada vez más sostenibles. 

Muchos consumidores aún creen que la producción de cartón está ligada a la tala de bosques nativos. Sin embargo, según la Ibá (Industria Brasileña de Árboles), el 100 % de la celulosa producida en Brasil proviene de bosques plantados y certificados, cultivados específicamente con fines industriales, sin impacto sobre los biomas nativos. 

Además, el sector mantiene más de 6,9 millones de hectáreas dedicadas exclusivamente a la conservación ambiental, una superficie mayor que la de muchos parques nacionales. 

A diferencia de muchos materiales de embalaje, el cartón es biodegradable, reciclable y reutilizable. Su ciclo de vida favorece la economía circular: puede reciclarse varias veces antes de perder sus propiedades estructurales y se descompone naturalmente sin dejar residuos tóxicos. 

Según datos del Cempre (Compromiso Empresarial para el Reciclaje), cerca del 85 % del papel utilizado en envases se recicla en Brasil. Por su parte, Recicla Sampa indica que en 2021 el 91,4 % del cartón ondulado fue reciclado, una de las tasas más altas entre todos los materiales. 

El cartón también se destaca como alternativa al plástico de un solo uso. Los envases de cartón ondulado han sido desarrollados con alto rendimiento para el transporte y la exhibición de productos, manteniendo la resistencia y protegiendo la mercancía, con un impacto ambiental mucho menor. 

Empresas de la región ya invierten en innovaciones que permiten el uso de cartón reciclado de alta calidad, reduciendo las emisiones de CO₂ y el consumo de agua en los procesos productivos. 

La cadena del cartón también genera beneficios sociales. Se estima que más de 800 mil recolectores en Brasil participan en la recolección de materiales reciclables, con un impacto directo en la generación de ingresos. Las cooperativas y las políticas de logística inversa fortalecen esta estructura y aumentan la eficiencia del reciclaje. 

A pesar de los avances, la desinformación aún persiste. Por eso, es fundamental informar al mercado sobre las prácticas sostenibles de la industria. La transparencia y la comunicación son claves para desmontar mitos y valorar al cartón como una solución ambiental. 

Contrario a lo que muchos piensan, el cartón es una solución, no un problema. Bien utilizado, reduce la huella ambiental de los envases, favorece la economía circular y respalda cadenas productivas regenerativas. Desmitificar su imagen es un paso esencial hacia un consumo más consciente e informado. 

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