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El packaging alimentario se redefine en 2025 con foco en sostenibilidad, digitalización y nuevos materiales

Trazabilidad digital, envases reutilizables y soluciones a base de papel, celulosa y algas marcan el rumbo de una industria en transformación frente a la presión regulatoria y las demandas del consumidor

La industria del packaging alimentario enfrenta un 2025 marcado por transformaciones profundas. Entre los principales motores de cambio están la sostenibilidad ambiental, la digitalización y una creciente exigencia por parte de los consumidores. A medida que las marcas buscan diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo, el envase se consolida como un componente estratégico de valor.

PLATAFORMAS CONECTADAS Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

La digitalización ha impulsado el desarrollo de envases inteligentes, que integran tecnologías como códigos QR, etiquetas NFC y sensores IoT. Estas herramientas permiten ofrecer trazabilidad en tiempo real, detectar alteraciones en la cadena de frío y comunicar directamente con el consumidor. En algunos casos, sistemas basados en blockchain garantizan la transparencia de todo el ciclo productivo, desde el origen de los ingredientes hasta el punto de venta.

Estas innovaciones están contribuyendo a una mayor seguridad alimentaria y abren el camino hacia el llamado Internet of Packaging, donde el envase no solo protege el producto, sino que también se convierte en canal de información y fidelización.

TRANSICIÓN AL PAPEL: RETOS Y OPORTUNIDADES

El reemplazo de plásticos por materiales a base de celulosa, conocido como paperización, gana espacio en el sector. Sin embargo, su adopción enfrenta desafíos técnicos, regulatorios y logísticos. Si bien el papel ofrece ventajas como la reciclabilidad y buena percepción del consumidor, su funcionalidad debe ser reforzada mediante recubrimientos o laminados que, en muchos casos, dificultan el reciclaje.

Según datos de Smithers Pira, más del 70% de los papeles recubiertos en circulación actualmente no son reciclables en plantas estándar, lo que exige el desarrollo de soluciones monomateriales o barreras fácilmente separables. Además, los fabricantes deben adaptar sus líneas de producción, ya que el papel presenta limitaciones frente al calor, la humedad y la velocidad de procesamiento.

BIOMATERIALES Y SOLUCIONES NATURALES EN EXPANSIÓN

El interés por alternativas biodegradables ha impulsado el uso de materiales como la celulosa, las algas marinas y otros polímeros naturales. Entre los desarrollos recientes destacan las películas de celulosa con propiedades barrera y los envases a base de algas, como los creados por la startup Notpla. Estos materiales ofrecen ventajas como compostabilidad, reducción de CO₂ y versatilidad de aplicación en productos alimentarios.

REUSO Y ECONOMÍA CIRCULAR

En paralelo, crecen los sistemas de envases reutilizables como parte del modelo circular. Contenedores diseñados para ser recirculados entre 50 y 100 veces están ganando espacio, aunque requieren infraestructuras logísticas para su retorno, lavado y reuso.

Estudios de mercado indican un aumento constante en la preferencia de los consumidores por soluciones reutilizables, lo que impulsa la innovación en esta línea. Las empresas que logren combinar funcionalidad, transparencia y sostenibilidad podrían obtener ventajas competitivas significativas.

REGULACIÓN Y RESPONSABILIDAD EXTENDIDA

El marco normativo también evoluciona. Regulaciones como el Reglamento (CE) No 1935/2004 en Europa y los lineamientos de la FDA en EE.UU. exigen la inocuidad de tintas, adhesivos y recubrimientos aplicados al packaging alimentario. Además, la implementación de esquemas de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) está trasladando a las marcas la obligación de asegurar una gestión adecuada del fin de vida útil de sus envases.

FUTURO DEL PACKAGING: INNOVAR CON ENFOQUE SISTÉMICO

Aunque la percepción ecológica impulsa ciertas soluciones, estudios como el Life Cycle Assessment del IFEU advierten que algunos materiales naturales, como el papel, pueden tener impactos ambientales superiores al plástico en indicadores como consumo de agua o energía.

En este escenario, especialistas coinciden en que la verdadera sostenibilidad del envase dependerá de un enfoque integral que considere materias primas renovables, reciclabilidad real, eficiencia energética y contexto local. En definitiva, el objetivo a futuro es claro: fabricar envases que incorporen el fin de su vida útil como parte central de su diseño.

Fuente
The Food Tech
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