Microbiología en el papel reciclado: un factor de calidad para los envases
Por Júlia Gabriela Dick, Coordinadora de Producción de Papel en Trombini Embalagens S/A y magíster en Ingeniería y Ciencias Ambientales

El entorno de una planta industrial de papel reciclado presenta condiciones propicias para el desarrollo microbiano, como un pH neutro, temperatura moderada y alta carga orgánica. Microorganismos como Bacillus spp., Pseudomonas spp., Aspergillus spp. y Penicillium spp. son frecuentemente identificados en estos sistemas, especialmente en el agua de recirculación y en las líneas de producción. La ausencia de un control microbiológico eficiente puede provocar la formación de biopelículas en tuberías, el aumento de la demanda química de oxígeno (DQO) y la demanda biológica de oxígeno (DBO) del agua de proceso, la degradación de aditivos, la corrosión inducida microbiológicamente (MIC), la emisión de malos olores y la pérdida de calidad del papel final manifestada en manchas, coloración irregular y reducción de la resistencia física.
Bacterias como Pseudomonas y Bacillus producen exopolisacáridos que favorecen la formación de biopelículas resistentes a agentes químicos y físicos, dificultando la limpieza y favoreciendo la obstrucción de conductos y equipos. Además, los hongos filamentosos, como Aspergillus y Penicillium, pueden liberar esporas y metabolitos secundarios que impactan directamente en la estética y el olor del papel reciclado. Este panorama no solo compromete la eficiencia energética y operativa de la planta, sino que también representa un riesgo para la estabilidad de los aditivos utilizados, como resinas y almidones, elevando los costos y reduciendo la calidad del papel producido una situación especialmente crítica cuando el destino es el sector de envases.
Con la creciente demanda de soluciones sostenibles y el aumento del uso de envases reciclados en sectores como alimentos, cosméticos y farmacéuticos, el control microbiológico se convierte en un factor decisivo para garantizar la integridad, apariencia y seguridad del papel reciclado. Las contaminaciones microbiológicas pueden comprometer la aceptabilidad del material, especialmente cuando se requiere la ausencia de olores, manchas y contaminantes. Por tanto, mantener un control eficaz no es solo una cuestión técnica, sino también un diferencial competitivo en una cadena productiva cada vez más orientada por criterios ambientales y de calidad.
Actualmente, las prácticas más modernas de control incluyen el uso de biocidas selectivos con bajo impacto ambiental, biosurfactantes naturales y herramientas analíticas rápidas para la detección microbiana. Estas soluciones, junto con programas continuos de monitoreo y gestión del agua de proceso, alinean las operaciones industriales con los objetivos de ESG y la economía circular. Integrar el control microbiológico a la estrategia de producción no solo garantiza la eficiencia del proceso, sino también la valorización del papel reciclado como un insumo de alto desempeño en el mercado de envases sostenibles.